Quiero
vestir tus ojos
con
reflejos de luna,
perfumar
tu pelo
con
aromas de agua.
Quiero
que tus brazos dancen
al
compás de los trinos,
que
tus manos atrapen
a
los hijos del aire.
Quiero
desperezar tu cuerpo
tiñéndolo
de alba,
que
juegue al escondite
con
los rayos de sol.
Quiero
que tu cáliz se llene
de
amores florecidos,
que
te fecunden nubes,
que
perpetúen tu esencia.
Quiero,
como dijo Neruda,
“hacer
contigo
lo
que hace la primavera
con
los cerezos”