Tomamos la vida como un juego
pero es una carrera de obstáculos
con una meta diaria: la supervivencia.
No cuentes las etapas ganadas
pues el triunfo final, jamás será tuyo.
Tu rival, aguarda agazapada su turno.
Y será la ganadora.
Antes o después la balanza se inclina
y nunca a tu favor.
Es una ley universal e inexorable.
Por eso prepara así la etapa cada día:
demuestra tu cariño a los tuyos,
ofrece la mano a tus amigos,
ordena el equipaje
y ten las cuentas bien cuadradas
porque, tal vez, la etapa de hoy
sea la de final de carrera...
Belén R.