Voy a escribirte un
poema,
un poema de amor.
Dejaré los versos
para el final,
primero los pensaré
bien.
Antes de escribirlo
te imaginaré de
arriba abajo,
para inspirarme en
ti.
¡Será un poema único!.
En él hablaré de tu
cabello
serpenteado por la
luz del alba,
iluminaré tus ojos
hielo candente que
funde el tiempo.
No describiré el beso
pero recorrerá cada
estrofa,
hasta el punto final
allí, en el corazón.
Lo escribiré con
tinta verde,
como hizo Neruda,
pues no quiero un
poema oscuro,
sus versos serán
luciérnagas al atardecer.
La música ha llegado
sola.
Cuando escribí “voy”
comenzó a sonar
y no ha parado aún.
¡Ya he diseñado el
poema!.
Ahora, esperaré a la
inspiración
que me ayude a
escribirlo.
Mientras llega te
pienso…
Belén Rodríguez